Falta poco
"El griego tenía su remedio contra la resaca triste: sacaba aceitunas negras con los dedos de un frasco y se las llevaba a la boca tranquilamente. Las aceitunas estaban bañadas en aceite y condimentadas con orégano, ají molido y romero.
Mi remedio era distinto: un amigo traidor sobre el sillón, un sable de samurai, una bolsa negra."
Mi remedio era distinto: un amigo traidor sobre el sillón, un sable de samurai, una bolsa negra."

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